Entrevista a Francisco Dovalo López, presidente de la Asociación de Bodegas Artesanales Rías Baixas. Acumula once años al frente de la Asociación, que organiza el Encontro co Viño de Autor de Meaño. Confiesa que le gustaría dejar el cargo tras las próximas elecciones, que espera convocar hasta de fin de año, y entiende que es el momento de que entre una nueva generación a regir la entidad.
¿Qué tiene de diferente el Encontro de Meaño con otras ferias del vino?
Que ofrecemos un producto único como es el albariño de autor, que no se puede degustar en otro sitio. Y lo hacemos en un ambiente tranquilo y familiar que al visitante le agrada. Por eso aquel que nos visita, vuelve.
Son ya trece años de un Encontro ya consolidado….
Yo no diría tanto, prefiero ser cauto. El Encontro se hace en Meaño pero soy de los que piensa que cualquier año puede hacerse en otro sitio. Es más, la plaza que alberga el evento se nos queda ya pequeña.
¿Qué previsiones barajan para esta edición?
En cuanto a visitas vamos creciendo año tras año, y en cuanto a ventas… dadas las circunstancias actuales daría por bueno movernos en cifras similares a las del pasado año. La crisis tal vez se note en eventos como éste, pero en general en el sector del vino albariño no la percibimos, y no es una opinión sólo mía, sino también del propio Consello Regulador de la denominación de origen que reconoce que el vino Rías Baixas, gracias a su calidad, sigue manteniendo, pese a la crisis, buenas cifras de mercado.
¿Cuánto le cuesta a la asociación de bodegas artesanas organizar este Encontro?
Entre 30.000 y 35.000 euros.
¿Cómo lo costean?
Contamos con algunas subvenciones de las Administraciones públicas, pero en esencia se costea por parte de los propios bodegueros. En torno al 50 por ciento del precio de cada botella que se vende en el Encontro va destinado a costear gastos. Además cada bodega debe aportar una cantidad de vino gratis para la organización. Tenemos que ver esto no como un gasto, sino como una inversión en la promoción de nuestros vinos.
¿Y esa promoción ha dado frutos en cuanto a ventas?
Muchísimos. Hace ocho o diez año muchos de nosotros teníamos que salir a la calle a vender el vino, ofrecerlo aquí y allí. Hoy en la mayoría de los casos es el cliente quien llega a la bodega demandando el producto.
¿Y a estas alturas hay mucho vino en bodega?
La mayoría tenemos en torno a un 25 por ciento, pero hay bodegas a las que apenas les queda el 10 por ciento. Se ha vendido muy bien. Es la prueba de que la crisis no afecta tanto a este sector y de que, en nuestro caso, la promoción funciona.
¿Cómo se presenta la próxima vendimia?
Creo que nosotros andaremos en un 10 por ciento más que la pasada campaña. Hubiera podido ser más de no haber sido por los ataques del mildiu, que todavía se están reactivando estos días en algunas fincas. A todos nos ha tocado en nuestras parcelas, a unos más y a otros menos, pero hubo casos de pérdidas considerables.
Volviendo al Encontro. En sus mejores años contó con más de 20 marcas que vendían y concurrían a la cata, hoy sólo ofrece 11. ¿No desmerece un tanto esta cata?
Son 11 porque sólo admitimos a los vinos de la asociación. Es cierto que contó en su día con más de 20 bodegas, pero varios acabaron marchándose. Ahora bien, yo quisiera saber por qué muchos de aquellos que se fueron ahora quieren volver a integrar esta asociación. Será porque se dieron cuenta de que en realidad está muy viva y funciona bien.
¿En qué otros proyectos está involucrada la asociación Rías Baixas?
Lo principal está siendo la promoción de nuestros vinos. Este curso estuvimos con ellos en el Vines Terrae de Ourense, en la Semana Verde de Silleda, en el salón Delicatessen de Vigo, en el Vintec de Vilagarcía… ahora estamos proyectando la celebración de unas catas en el Club Náutico de San Vicente de O Grove. El otro campo en el que estamos metidos es el cambio de toda la imagen corporativa, para lo que ya tenemos a una empresa trabajando.
¿Eso es todo?
Al margen de proyectos puntuales hay algo que es más una ilusión paro mí, y es que me gustaría que la asociación contara con un local emblemático en Meaño donde poder exponer y degustar nuestros vinos, tal y como ya hacen en otras denominaciones de origen. Tendría que ser una iniciativa que contara con el apoyo del Concello y demás Administraciones, e incluso podrían ofrecerse allí al visitante todos los albariños del municipio.
¿Cómo son las relaciones con el Consello Regulador con el que usted fue en ocasiones muy crítico?
En este momento son buenas. Nosotros contamos incluso con dos vocales en el Consello que hacen oír allí nuestra voz como nunca antes había ocurrido.
¿Pero habrá reivindicaciones que hacer, o no?
Siempre las hay. En este momento podría apuntar dos. Una, que se viene de subir en rendimiento por hectárea de 11.000 a 12.000 kilos, propuesta que nosotros apoyamos, y que se castigaría el excedente en aquellas bodegas que admitieran más uva invalidando la cuba que albergó el excedente. Nuestra petición es que eso se cumpla, porque nos tememos que no va a suceder. La otra que, como vocales del Consello, queremos conocer el listado de viticultores y bodegueros que se excedan de ese límite, que se nos facilite esos nombres.
La asociación está conociendo también en los últimos años un relevo generacional. Los jóvenes están asumiendo las bodegas de los padres. ¿Qué consejo les daría a esos nuevos bodegueros?
Que mantengan la tradición y que no se olviden que se trata de elaborar un albariño artesano, con identidad propia, no un vino del tipo de las grandes bodegas.
Fuente: Tino Hermida, El Faro de Vigo