El ministro de Agricultura y Alimentación de Francia, Julien Denormandie, anunció hace unos días que a partir del próximo 1 de marzo será obligatorio que las cartas de comedores y restaurantes del país galo muestren el origen de la carne. “Esta transparencia no solo es una solicitud de padres y consumidores sino también de los productores”, afirmó.
Gracias a esta iniciativa, Francia da un paso más en la legislación sobre la trazabilidad ya que la nueva normativa obliga a que las cartas de restaurantes, cantinas, empresas y hospitales muestren el lugar de procedencia, crecimiento y sacrificio de las carnes frescas que emplean en sus cocinas. La medida ya era obligatoria, desde 2002, para la carne bovina a consecuencia de la crisis de las vacas locas pero ahora, dos décadas después, se extiende al resto -aves, pollo, cerdo, cordero…- aunque solo afectará a carnes frescas y no a las preparadas o cocinadas. Por el momento, la normativa se aplicará durante dos años, hasta el 29 de febrero de 2024.
De acuerdo con las palabras del ministro galo, esta iniciativa busca concienciar al comensal sobre lo que come además de erradicar la carne tratada con antibióticos de las cocinas profesionales. “Hace diez años que se prohibieron en Francia los antibióticos de crecimiento que utilizan otros países para evitar que el animal enferme y esperamos que esta medida se extienda a otros países”, apuntaba Denormandie.
Según la información publicada por Eurocarne, la nueva medida no solo forma parte del interés de Francia por tomar el control de la soberanía alimentaria sino también por proteger a sus agricultores de lo que los políticos franceses perciben como competencia desleal de los productores fuera de la UE. Por otro lado, la agencia de noticias AFP se hacía eco de las declaraciones de Anne Richard, directora de Inaporc, asociación nacional francesa de la industria del cerdo: «Esperábamos este decreto desde hace dos años y medio. Los ciudadanos quieren saber de dónde viene la carne que comen en el restaurante y si es francesa. Les tranquiliza».
La nueva normativa promulgada en Francia llega después de que el tema de las macrogranjas haya disparado la polémica en España y abierto el debate sobre alternativas más responsables con el medioambiente, el bienestar animal, la salud y el modelo alimentario.
SOBRE LA FIRMA
Mónica Ramírez
Profesional con más de 25 años en el mundo editorial, los 20 últimos como periodista especializada en gastronomía en medios offline, online y radio. Trabajó en el desarrollo de la primera enciclopedia en formato digital de España (Editorial Larousse); ha impartido clases sobre protocolo en el mundo del vino; es co-autora de dos libros sobre restaurantes y escribió los textos de la exposición de El Celler de Can Roca en Barcelona, entre otros proyectos. @monicaramirezu