Puertalsol fue uno de los restaurantes que, hace casi una década, con el cocinero Alberto Chicote en la cresta de la ola mediática por su faceta televisiva tenía colas para entrar. La ubicación era perfecta. La última planta, la quinta, del edificio de Deportes de El Corte Inglés en el número 10 de la Puerta del Sol. Una azotea con vistas a la Real Casa de Correos en la que el chef, junto a su socio Pedro Olmedo, abrió en julio de 2016 su neotaberna de platos y tapas castizas.
Desde ayer, la web de este espacio gastronómico informa de que no volverá a abrir sus puertas. Chicote y Olmedo se han visto obligados a cerrar este restaurante por las obras de reforma del edificio en el que se encuentran ubicados. «Nuestro restaurante cierra sus puertas debido a las obras de acondicionamiento del edificio que hacen incompatible seguir nuestra actividad», enuncian.
El cierre, que deja una veintena de empleados en la calle, va acompañado de la gratitud del cocinero y su socio «a todos/as los/as que habéis formado parte de PuertalSol: clientes y proveedores, equipo y amigos/as que han hecho de este lugar un punto de encuentro único en la ciudad». «Nos despedimos con la satisfacción de haber compartido con vosotros momentos inolvidables», concluyen.
La propuesta de este ya extinto restaurante del centro de Madrid estaba basada en la cocina tradicional y castiza. Desde los clásicos callos a la madrileña –con y sin garbanzos– a la ensaladilla rusa, pasando por el picoteo de gildas, laterío, torreznos, gambas rebozadas, croquetas…
También se hacían arroces y guisos –de legumbre y de carnes como las carrilleras que servía con puré de patatas trufado–. En su carta llegó a estar también la receta de conejo con tomate de la madre de Chicote.