Se suele decir mucho que la Feria de Abril está más pensada para uso y disfrute de los propios sevillanos que de sus visitantes. Tanto, que de las más de mil casetas que hay en el recinto ferial, la inmensa mayoría son privadas y de acceso limitado a socios e invitados.
Sin embargo, no es difícil conocer a alguien en la ciudad que facilite el acceso a algunas, ir a las públicas o preguntar con respeto en las familiares si se puede entrar si vemos que no está muy saturada. Se sorprendería mucha gente al ver que no son pocas las que permiten disfrutar de su espacio a aquellos que vienen a disfrutar de un buen rato, disfrutar, hacer amigos y dejar sitio elegantemente cuando el espacio empiece a estar atiborrado.
Para quienes no dispongan de tales conexiones sociales o del desparpajo necesario, a continuación ofrecemos un listado de sitios que son muy atractivos para llegar comido o cenado a la Feria, e incluso desayunado, almorzado o merendado. Los barrios de Triana y Los Remedios, ubicados en la misma orilla del Guadalquivir que la Feria, tienen mucho que ofrecer también en estas fechas, aunque se recomienda verificar horarios y realizar reservas donde sea posible con antelación para evitar sorpresas.

Periqui Chico ( Bar Periqui Chico – C. Gustavo Bacarisas, 2)
Se trata de un pequeño negocio familiar que lleva varias generaciones dignificando la cocina de guisoteo y buen producto junto a la Plaza de Cuba. Uno de esos sitios que se mantienen firmes con el paso de los años y que desde su pequeño local ofrece a quien encuentra sitio en su terraza, barra o pequeño salón una fabulosa selección de pescados y mariscos de las costas cercanas, con un trato al público y una mano en cocina que los sitúan entre los más recomendables de toda Sevilla.
Casa Maera (Bar Casa Maera – C. José León, 17)
Situada en el corazón del trianero barrio León y regentada por madre e hija, Ramona y Pepa, es un reflejo del compromiso familiar con la cocina tradicional española desde su fundación en 1990. Este restaurante conserva una atmósfera hogareña y una dedicación a los guisos y platos caseros que han permanecido inalterables a lo largo de los años. Rechazando la idea de una carta fija, ambas se enorgullecen de su menú cambiante basado en la frescura y disponibilidad diaria de productos, especialmente mariscos y pescados de la espectacular lonja de Isla Cristina.
Sol y Sombra (Taberna Sol y Sombra – C. Castilla, 147)
Una clásica taberna taurina desde 1961. Destaca por su cocina tradicional, pescados, mariscos y chacinas. Ubicado en un semisótano de un edificio de 1861, recientemente ha crecido hasta incluir un amplio comedor anexo, aunque el original ofrece una experiencia única. Hoy, dirigida por Antonio y Rocío, hijos de los fundadores, mantiene su esencia familiar y su compromiso con la autenticidad original que los ha llevado a ser un referente trianero todos estos años.
Jaylu (Restaurante Jaylu – C. López de Gómara, 19)
Referente absoluto desde 1967, sobresale por la impecable calidad de sus productos, especialmente pescados y mariscos de Huelva y Cádiz, y por ser uno de los restaurantes más renombrados de la ciudad. Su éxito radica en la unión de tradición familiar con una selección rigurosa de ingredientes, garantizando una experiencia de primera. La atmósfera íntima del local y su dedicación al detalle lo convierten en un destino imperdible para quienes buscan disfrutar de lo mejor de la gastronomía andaluza sin preocuparse por la cartera.
Los Cuevas (Restaurante Los Cuevas – C. Virgen de las Huertas, 1)
Otro de los pilares de la cocina tradicional en Sevilla. Originando su nombre de un simpático apodo debido a las goteras de su primer local, este restaurante rinde especial homenaje a las verduras de su huerto en El Viso del Alcor. Renovado recientemente, ofrece una experiencia que une tradición y frescura, desde su aclamada sopita de picadillo hasta las emblemáticas berenjenas fritas y los buñuelos de bacalao.
Manu Jara (Dulcería Manu Jara – C. Pureza, 5)
Pastelero de origen francés que revoluciona la escena gastronómica dulce de Sevilla desde 2013. Con tres locales repartidos por la ciudad, Manu ha hecho de la calidad su sello, ofreciendo desde increíbles cruasanes y éclairs hasta tradicionales torrijas, tortas de aceite y tocino de cielo, celebrando la rica diversidad de sabores. La receta de su éxito incluye un compromiso inquebrantable con ingredientes de primera, el respeto por la excelencia y la exigencia siempre máxima.

Casa Orzáez (Casa Orzaez – C. Betis, 67)
Nacida del amor por la ganadería extensiva y la elaboración de quesos de leche cruda de cabra desde 2003 con su marca Mare Nostrum, Casa Orzáez ofrece una selección exquisita de productos que abrazan la filosofía slow en su nuevo espacio con algunas de las mejores vistas de Sevilla. Este espacio acogedor no sólo ofrece quesos de producción propia y de pequeños productores tanto nacionales como internacionales, sino que también invita a degustarlos junto a vinos y cervezas artesanas, verduras, y frutas ecológicas. Casa Orzáez es un homenaje viviente a la tradición, la calidad y la sostenibilidad.