Con Ferran Adrià inauguramos en 7Caníbales una tribuna abierta a las reflexiones y opiniones de todos los profesionales del sector
El oficio de cocinero tiene muchas vertientes; puedes ser emprendedor o no, puedes escoger el camino de reproducir o crear. Es algo que decidirás tú. Si tu camino escogido ha sido la creación, con el paso del tiempo formarás una filosofía, una manera de enfocar tu pensamiento en relación con lo que es crear.
La creatividad es la capacidad que tenemos los humanos para crear, y que nos permite a los cocineros ejercer para pensar fuera de lo establecido, encontrar nuevas soluciones y generar ideas. Es decir, todo lo relacionado con la creación.
En elBulli, crear era una acción que realizábamos en equipo con total libertad, con pasión, ilusión, ganas de aprender cada día, con la máxima eficiencia, teniendo una estrategia y con mucho esfuerzo y constancia. Entendíamos que uno puede tener un alto talento creativo, pero sin estas características era muy difícil alcanzar las metas que nos marcábamos.
Estas características era lo que transmitimos a todos los profesionales que pasaron por elBulli durante todos los años que estuvimos abiertos.
Pero sin duda alguna, para nosotros, los valores con los que tenían que ir acompañado todo el proceso creativo, era lo más importante que queríamos que se llevaran cuando finalizaban su paso por elBulli.
¿Cuáles eran estos valores?
El primero era el respeto, tanto por el pasado, por quien nos había abierto caminos, como por nuestros colegas que cada día ejercen su profesión en la restauración. Este valor iba ligado a la humildad, a ser lo más normales posible.
El segundo valor era la honestidad creativa. Esta cualidad era vital para nosotros. Nos permitía estar bien con nosotros mismos y contra más ambición creativa se tenga, más importante es. El irte a dormir con la conciencia creativa en positivo, nos hacía levantarnos cada día y afrontar de la mejor manera el proceso creativo.
El siguiente valor era las ganas de compartir conocimiento y experiencia; de ser generosos. Este hecho nos ilusionaba ya que con él haces que tu oficio evolucione y mejore continuamente.
Y para finalizar, el agradecimiento. Este valor lo inculcábamos al equipo dando ejemplo; siempre valorábamos al máximo nivel a las personas que nos ayudaban a ser mejores y les dábamos, dimos y daremos siempre las gracias.
Lo que intentábamos conseguir con estos valores era ser lo más felices posible con la cocina y la creatividad.