Brindemos con lo local

Para las celebraciones de Año Nuevo, les tengo un propósito sencillo: que este año, el 31 de diciembre y 1 de enero, celebremos con bebidas locales, de pequeños productores. Desde el jugo del desayuno hasta el brindis de medianoche, arranquemos 2024 apoyando a nuestros vecinos y a nuestras comunidades.

 

Que rico brindar con chicha o pisco en Perú, con pulque o mezcal en México, con viche o un aguardiente actualmente destilado en Colombia, con cava o jerez en España… Qué rico ir a la plaza o al mercadito a comprar naranjas para exprimir jugo. ¡En muchos países, es temporada de cosecha de naranjas! Qué rico probar una nueva cerveza artesanal en vez de las industriales de siempre. Qué rico empezar el año aportando a nuestras economías locales y reduciendo un poquito nuestra huella ambiental.

 

Si, entiendo que a veces es más difícil encontrar y comprar esos productos, y requiere más tiempo, porque no todos se venden en cualquier licorera o tiendita. Entiendo que a veces cuestan más, porque no cuentan con todas las ventajas y subsidios de las grandes multinacionales. Entiendo que hacer jugo fresco es más trabajo que comprar gaseosa. Entiendo que no todos los países producen café o chocolate (¡qué suerte vivir en Colombia!). Entiendo que no todos los países producen vinos espumosos (¡qué suerte poder brindar con una cava!). Igual les quiero poner el reto, solo para esos dos días. Dos días sin Starbucks, sin cerveceras grandes, sin vinos importados.

 

Yo, como muchos en la industria gastronómica, dependo de productos importados en mi trabajo diario. Aunque hemos dado grandes pasos hasta una propuesta más local -qué alegría me da ver ahora destilados colombianos por todos lados- todavía es difícil ir en contra del alcance de las grandes empresas. Los clientes reclaman si no hay gaseosa o su querida cerveza de toda la vida. Y les entiendo. En estos tiempos inciertos, uno busca lo familiar, lo nostálgico, alguito sabroso y conocido, alguito placentero y predecible.

 

Les quiero retar este año nuevo y salir un poco de lo ritual y lo común, a crear nuevas tradiciones. Tradiciones fundamentadas en fortalecer nuestras redes locales y apreciar los sabores de cada país. Dejamos el champán a un lado (si no vives en Francia) y brindemos con los frutos de nuestras tierras, celebrando las riquezas únicas y el trabajo campesino detrás de cada sorbo.

 

¡Salud!

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