Valentina Álvarez: “Cuando el horno está encendido se activa la memoria”

Valentina Álvarez llegó a FéminAS, en Asturias, desde Ecuador para hablar sobre la transmisión del patrimonio cultural a través del horno manabita, herencia ancestral y eje principal de la magia y los secretos de esta cocina.

Redacción

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Ecuador y Asturias vivieron ayer una jornada de hermanamiento en el último día de FéminAs. La artífice fue Valentina Álvarez, chef de la escuela restaurante Iche (San Vicente, Ecuador), que evidenció que hay muchas coincidencias que vinculan a las diferentes tradiciones culinarias, “cada una con sus particularidades, que es lo que nos enriquece”, y ofreció a las guisanderas asturianas un horno manabita, “núcleo transmisor de la cultura y la identidad manabita”. Este horno, contaba Valentina, “no es sólo el lugar en el que se cocina, es nexo de unión con nuestros ancestros, riqueza cultural y transmisor de conocimientos”.

Valentina explicando las partes del horno manabita en Féminas
Valentina explicando las partes del horno manabita en Féminas

En el horno manabita se puede trabajar “con 16 técnicas de cocción y conservación de los alimentos: hay un fogón para asar, freír…, pero también se puede ahumar en frío, tibio o caliente e incluso podemos cocinar enterrando en las brasas sobre ellas o en ‘arrimado’ (en un costado)”. Ocupa un espacio esencial en cada casa y “la protagonista de este espacio es la mujer. Ella es la portadora de los saberes, la dominadora del fuego, la que establece una relación simbiótica con su horno. Cada mujer tiene SU horno y lo conoce, entiende cómo funciona y transmite luego ese conocimiento”, explicaba Valentina. “Cuando el horno está encendido se activa la memoria”, decía la chilena resumiendo así también la misma esencia de FéminAs, la de conservar la memoria, pero no guardada o almacenada sino con manteniéndola viva en la cocina.